Por Carlos Eduardo Cano, MVZ de Veterinaria Dr. Pet
En mi experiencia como veterinario en Veterinaria Dr. Pet, ubicada en León, Guanajuato, he tenido la oportunidad de observar de cerca la vida de los perros callejeros. Día tras día, recibo en mi clínica a estos animales que, a pesar de su espíritu de supervivencia, viven una vida llena de tragedias y desafíos. La situación de los perros en la calle es cada vez más común no solo en nuestra ciudad, sino en todo el país, y conocer su realidad es esencial para entender la gravedad del problema y actuar en consecuencia.
El Día a Día de un Perro Callejero: Lucha Constante por la Supervivencia
La vida en la calle es implacable. Los perros callejeros no tienen un lugar seguro donde dormir, ni acceso a agua limpia o comida nutritiva. Estos animales dependen de su instinto y de la bondad de algunos humanos que, en ocasiones, les brindan algo de alimento o refugio temporal. Sin embargo, lo que vemos con más frecuencia es una existencia marcada por el hambre, la sed, las enfermedades y los accidentes.
Uno de los casos más comunes que atiendo en mi clínica es el de perros atropellados. Las calles están llenas de peligros, y la falta de educación vial y conciencia sobre el respeto a los animales agrava la situación. Los perros que llegan heridos a la clínica muchas veces tienen fracturas graves o heridas infectadas, y lamentablemente, muchos no sobreviven. Es desgarrador ver a un ser tan noble en tal estado de vulnerabilidad.
Enfermedades y Parásitos: Una Lucha Silenciosa
Los perros callejeros son presa fácil de enfermedades como la sarna, la parvovirosis, y el moquillo, todas enfermedades que son prevenibles con vacunas básicas, pero que en la calle se vuelven mortales. Además, la infestación por pulgas, garrapatas y otros parásitos es prácticamente una constante. Estos animales viven en un estado de desnutrición crónica, lo que debilita su sistema inmunológico y los hace aún más susceptibles a las enfermedades.
Recuerdo particularmente a un perro que fue traído a mi clínica por una vecina de la colonia. El perro, al que llamaron “Rocky”, era solo piel y huesos, con severos problemas de sarna que le habían hecho perder la mayor parte de su pelaje. A pesar del dolor evidente y la debilidad, Rocky tenía una actitud dulce y agradecida. Con tratamiento y cuidados adecuados, logramos salvarlo, y hoy es un feliz miembro de una familia que lo adoptó. Sin embargo, no todos tienen la misma suerte.
Reproducción Descontrolada: La Cadena de la Tragedia
La reproducción descontrolada es otro gran problema que contribuye a la sobrepoblación de perros callejeros. Sin programas de esterilización accesibles y una educación adecuada, los perros en la calle se siguen reproduciendo sin control, creando nuevas generaciones de cachorros destinados a sufrir la misma suerte que sus padres. Cada cachorro nacido en la calle enfrenta un futuro incierto y lleno de peligros.
Una de las historias más tristes que recuerdo es la de una perrita a la que llamamos “Luna”. Fue rescatada con una camada de siete cachorros, todos enfermos y malnutridos. Luna había hecho todo lo posible por proteger y alimentar a sus crías, pero la falta de recursos la había dejado exhausta y enferma. Lamentablemente, solo tres de los cachorros sobrevivieron. Esta historia es solo una entre miles que suceden a diario.
La Indiferencia y la Esperanza: Nuestro Papel Como Sociedad
Como veterinario, me duele profundamente ver la indiferencia con la que muchas veces la sociedad trata a estos animales. Sin embargo, también he sido testigo de actos de bondad y solidaridad que me llenan de esperanza. Voluntarios, asociaciones y personas de buen corazón se esfuerzan por rescatar, alimentar y dar una nueva oportunidad a los perros callejeros. Pero necesitamos que esto se convierta en un esfuerzo colectivo.
Es fundamental que cada uno de nosotros tomemos conciencia de la responsabilidad que implica tener una mascota. Adoptar, esterilizar y no abandonar son acciones clave que pueden marcar una diferencia significativa. Los perros callejeros son seres vivos que sienten y sufren, y es nuestro deber como sociedad protegerlos y ofrecerles una vida digna.
Conclusión
La vida de los perros callejeros es una batalla constante por la supervivencia, marcada por la tragedia y la lucha diaria. Como veterinario en Veterinaria Dr. Pet, he visto de primera mano el sufrimiento y la fortaleza de estos animales. No podemos seguir ignorando su realidad; es momento de actuar, educar y hacer un cambio para que, algún día, no tengamos que seguir siendo testigos de su sufrimiento. La solución está en nuestras manos.